domingo, 17 de julio de 2011

Fabada (asturiana)


Nunca antes habia comido una fabada tan rica como esta .La cocino nuestro gran amigo "Alberto" y como es natural insisti mucho para que nos cediera su fantastica receta. Prueben a hacerla y veran que manjar de Dioses.Espero me digan que les parecio.


Ingredientes: (6 personas)
1 kg. “fabes” de la granja, (no ¡judiones!)
3chorizos
3 morcillas (a ser posible asturianos)
½ kg. de lacón;
300 g. de panceta
2 dientes de ajo
1 cebolla;
Perejil
Azafrán
Sal
Trozo pequeño de manteca fresca
o cucharada de aceite de oliva.
 
Preparación
Se deja a remojo desde la noche anterior el lacón (suele estar, algo, “salado”) en agua tibia, al igual que las “fabes”, en agua fría.
El día de autos (preferentemente, un día antes del previsto para ser degustada) en una cazuela de acuerdo a las cantidades elegidas (no olvidar que las “fabes” crecen una ¡barbaridad!), se ponen las carnes, en el fondo de la cazuela, encima las “fabes”, y el ajo y el perejil muy picado, y la cebolla troceada en cuatro partes. Se cubre codo con agua fría (si se duda de su calidad, se debe utilizar agua embasada) y se pone al fuego, debiendo quitar la espuma a medida que se produzca cuando empiece a hervir.
Una vez que se inicia el hervor se baja el fuego y se dejan cocer más lentamente, y algo destapadas. ¡Cuidado! las “fabes” deben estar siempre cubiertas con el agua, para que no suelten la piel, por lo que se añadirán pequeñas cantidades de agua ¡fría! siempre que lo precisen.
Es importante que la cocción (hervor) sea lo más regular posible; se debe “sacudir” la cazuela de vez en cuando para evitar que se peguen en el fondo. A media cocción se les añade el azafrán, previamente tostado y deshecho.
Cuando haya finalizado la cocción se comprueba el tono de sal, añadiendo si fuese necesario. También se observa el caldo; si estuviese muy “liquidillo” (depende del tipo de “fabes”) se pasarían media docena por el pasapuré y se les añaden al conjunto.
Es el momento del último paso. Se agrega la manteca; quedarán más suaves. Puede evitarse este paso añadiendo la cucharada de aceite, al principio cuando se incorporan todos los ingredientes.
Si se deja para el día siguiente, que sería lo deseable, se deja enfriar fuera del frigorífico, a temperatura ambiente y el día de la degustación simplemente se calentaría sin que el fuego fuese demasiado intenso; simplemente es para calentar no para cocer.
Si se comiese el mismo día que se cocinan, debería dejarse reposar después que finalizase la cocción una media hora, y después comprobar si precisa un poco de calor.
Antes de servir se deben retirar todos los gajos de cebolla, así como los trozos de perejil, si estos han quedado por “allá” demasiado grandes.
Toda la carne, se sirve separada de las “fabes” y troceada.
Cada comensal puede comer las “fabes” como primer plato y la carne como segundo; es decir por separado.
También se puede desmenuzar la carne y añadir al resultado obtenido las “fabes” para formar un “todo”.
¡BUEN PROVECHO!
-Nota: Se puede sustituir el lacón por… ¡jamón! Resulta más… costoso, pero no más sabroso.


 


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